sábado, 3 de diciembre de 2016

Porqué iniciar la dieta sin gluten, caseina ni soja.

El autismo es un trastorno del sistema inmunológico, gastrointestinal y metabólico (entre otras cuestiones que espero poder exponeros en breve).
La mayor parte de estos niños están intoxicados, (en el caso concreto de mi hija, por aluminio y mercurio, como os detallé en una entrada anterior) y desnutridos, (no porqué les alimentemos mal, si no porqué su intestino tiene problemas para absorber los nutrientes que le llegan), y estos desequilibrios químicos pueden crear un trastorno neurológico, como os explicaré a continuación.

No somos lo que comemos, sino lo que digerimos y absorbemos.


Mi hija dejó la lactancia materna a los seis meses de edad, etapa a partir de la cual desarolló una especie de diarrea crónica sin causa aparente y que no afectaba a su crecimiento. Hacía unas deposiciones terribles dos o tres veces al día.

Su pediatra por aquel entonces, nos recomendó darle leche hidrolizada hasta que la visitara un gastroenterólogo. Los análisis de sangre solo dieron como resultado alergia al huevo (alimento que evidentemente aún no le habíamos introducido) y las defensas un poco bajas (debido a una mala absorción intestinal que nadie se molestó en descubrir).
Ahora sabemos que no es lo mismo una alergia que una intolerancia, y que ésta última también puede diagnosticarse, aunque fuera de la Sanidad Pública, quien ni siquiera da credibilidad al método que utilizan los laboratorios que realizan esta prueba.
Otra cosa que me llamaba mucho la atención era su barriga, la tenía siempre muy hinchada, parecía un niñito desnutrido de África.
Los niños con problemas neurológicos como el TEA suelen experimentar  estreñimiento crónico, periodos de diarrea y/o dolor abdominal.
¿Reconoces alguno de estos síntomas en tu hijo?

Toda enfermedad comienza en el intestino. Hipócrates.

Así pues, ¿cual es el orígen del problema?
Dependemos de un buen funcionamiento intestinal para absorber los nutrientes de los alimentos, y que esa pared intestinal esté bien sellada para que no deje pasar toxinas o elementos que aún no hayan acabado de digerirse.
Daniela, como muchos otros niños dentro del espectro autista, tiene el intestino permeable, es decir, su barrera intestinal esta llena de agujeros creados por un exceso de hongos adheridos a esta (en su caso, Cándida albicans).
Los hongos son seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y excretan dentro del intestino, y esas excreciones son neurotóxicas. 

                        

Uno de los efectos más dañinos del uso de los antibióticos es la muerte de las bacterias naturales del intestino, ya que causa la proliferación de levaduras. Esta sobrepoblación hace que las células intestinales mueran y la pared se debilite; es así como llegamos al Síndrome del intestino permeable.
Es imprescindible, que si nos vemos obligados a hacer uso de un antibiótico tomemos paralelamente un buen probiótico que proteja nuestra flora intestinal.
Daniela estuvo más de seis meses tomando Augmentine, un antibiótico de amplio espectro, como tratamiento a un cuadro recurrente de infecciones urinarias, causadas por un reflujo vesicoureteral de alto grado del que también os hablaré más adelante.
Este fármaco, compuesto por amoxicilina y ácido clavulánico, y que se le viene dando a los niños desde la década de los 80, está siendo hoy vinculado con  el autismo, que coincidencia, ¿verdad? 


La alteración del equilibrio natural de las bacterias intestinales se denomina disbiosis, término creado por el Dr. Eli Metchinkoff, microbiólogo ruso ganador del Premio Nobel de medicina en 1908 por su trabajo con la flora bacteriana. 
Normalmente tenemos cientos de tipos de bacterias viviendo en nuestro sistema digestivo; muchas de ellas, como habéis visto en el video, son benéficas (flora), algunas son neutrales (comensales) y otras son daniñas (patógenas).
Bacterias y hongos se adhieren a la mucosa de la pared intestinal formando colonias y deteriorando esa barrera por la que pasarán toxinas que dañan la función cerebral; especialmente las proteínas de la leche (caseína) y el gluten del trigo.


Teoría de los péptidos opiáceos
Se han encontrado niveles anormales de péptidos en niños con autismo. Los péptidos son piezas de proteína no digeridos completamente, y que por lo tanto, no llegaron a desdoblarse en aminoácidos.
El péptido de la caseína se denomina caseomorfina, y el del gluten del trigo gluteomorfina. Reciben este nombre porqué son prácticamente iguales a la morfina, la cual altera todo el sistema sensorial; es por eso que los niños con autismo si se hacen daño no lloran ni parece que les duela, se tapan los oidos cuando van por la calle, no escuchan si les gritas pero si se giran ante un pequeño ruido, les molesta que los tapes, que les cortes las uñas, etc, porqué todo su sistema sensorial está afectado.

Al cerebro no le importa si esa morfina viene de una injección como la que usaría un drogadicto o de un vaso de leche, simplemente estos péptidos van a llegar a los receptores opiáceos del cerebro y el niño va a actuar como si estuviese drogado.
Los péptidos opiáceos morfínicos crean adicción, de manera que es posible que al principio de iniciar la dieta el niño sufra una especie de síndrome de abstinencia, y que esté más nervioso o incluso más aislado, pero no hay que asustarse ni detener la dieta, es algo normal y que pronto se regulariza.
¿Tiene tu hijo una actitud adictiva hacia la leche o productos que contengan especialmente gluten de trigo?
Estudios científicos apuntan a que la inflamación en el intestino está causada por el gluten, la caseína y la soja más que por cualquier otro alimento, pero es posible que existan otras intolerancias en el niño provocadas por una deficiencia de determinadas enzimas digestivas.
Que sean intolerantes al gluten no significa que nuestros niños sean celiacos, no es una alergia desde la perspectiva tradicional, sino una respuesta inflamatoria, una respuesta de anticuerpos IgG  en lugar de la tradicional IgE que es la respuesta alérgica común de efecto inmediato que todos conocemos.
Estos péptidos van directos al cerebro y la dieta puede detener ese daño, de ahí la importancia de detectar el problema en la edad temprana, para detener la muerte neuronal y recuperar la función cerebral.
La dieta debe seguirse de forma estricta un mínimo de seis meses para poder comenzar a ver resultados.

Cuando se inicia la dieta sin gluten ni caseina, habitualmente, acabamos sustituyendo la leche y los yogures por productos elaborados a base de soja, y esto es un error.
Los niños con autismo tienen cierta sensibilidad a la soja debido a la similitud entre sus proteínas y la caseína de la leche. La mayoría de la soja es transgénica y se cultiva en campos que utilizan glifosfatos como pesticidas. Todos los estudios realizados en animales demuestran que el glifosato es cancerígeno, pero por lo visto ni a la indústria alimentaria, ni a la Sanidad, ni al Gobierno les interesa nuestra salud.  Además posee altos niveles de manganeso y bociógenos, químicos que bloquean la hormona tiroidea, y así una larga lista de transtornos graves para la salud del ser humano.
Existen en el mercado una gran variedad de bebidas vegetales más sanas que la de soja y más nutritivas que la leche de vaca.

Somos la generación de la comida chatarra, si tu hijo no está en la dieta y además le estás dando comida basura, lo estás metiendo más en el pozo.



Lo primero que notamos con la dieta es que la barriguita de Daniela se deshinfló, literalmente, y dejó de roncar por las noches, y esto es algo que no esperábamos en absoluto.
Paulatinamente, y con altibajos, Daniela se fue calmando, aumentó el contacto visual, comenzó a sonreir, a jugar con sus juguetes en lugar de golpearlos, a decir los números del uno al diez, a girarse cuando la llamaba y a obedecer un par de ordenes simples. Volvió a bailar, a dejarse abrazar, dar besos, a imitar y bruxaba menos los dientes. También desapareció su problema de piel atópica y ganó estabilidad a la hora de andar y correr. No puedo decir con certeza cuanto de esto se debe a la dieta y cuanto al tratamiento biomédico que comenzamos paralelamente, pero estoy convencida de que la dieta es el pilar sobre el que se sostiene todo. 
Los cambios en la alimentación de Daniela me obligaron a aprender ciertas cosas sobre nutrición a marchas forzadas, y lo cierto es que a raíz de eso mi propia alimentación a sufrido cambios, gracias a los cuales, han desaparecido casi por completo mis migrañas, y es que... LA SALUD TAMBIÉN SE CONTAGIA! Mi nevera se ha llenado de colores y de vida!  Han desaparecido los envases, la comida basura, los colorantes, los conservantes, los azúcares...
La dieta y el tratamiento biomédico son un camino a contracorriente que se lleva casi en solitario, y que requiere de mucha determinación y sacrificio al principio, pero ¿que no haría cualquier padre o madre por traer a su hijo de vuelta?
Comprobar si un niño tiene cualquiera de las alteraciones que aquí se exponen es sencillo, basta con realizarle un análisis de péptidos a través de la orina, se pueden detectar levaduras a partir de una recogida de heces y metales pesados a partir de un análisis de sangre (siempre en laboratorios reconocidos y fiables, que tengan amplia experiencia al respecto, pues son pruebas complicadas) aunque lo más fiable es hacer un mineralograma de cabello y si es desde el bulbo mucho mejor que en pelo cortado.

Lo normal cuando a nuestros hijos les realizan una prueba médica es que deseemos que todo salga bien. Si alguien se decide a averiguar que le está ocurriendo realmente al cuerpo de su hijo, le deseo de corazón lo mismo que desee para mi niña, todo lo contrario, que en esas analíticas salga algo alterado, pues solo descubriendo el problema, encontraremos la solución.
Así que ánimo, porqué si se puede!!!


                         

         
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